domingo, 19 de abril de 2015

Sara Fernández, una vida entre remos


Sara Fernández, alumna de Animación Sociocultural, empezó a practicar piragüismo con ocho años, cuando un amigo de su padre le invitó a visitar el pantano de Jiménez de Jamuz, en León, donde un grupo de aficionados y profesionales de este deporte entrenaban. Fue así como descubrió una disciplina que, con el paso del tiempo, llegó a ser “increíble” para ella. 


¿Te animó alguien para decidirte por este deporte?
A mi padre le gustan mucho este tipo de deportes, y cuando le comentaron que se practicaba piragüismo en La Bañeza, no dudo en llevarnos a probar. Además, el primer día que monte en piragua, nada más acabar, el entrenador se acercó a mi padre y le dijo que se me daba bastante bien, algo que también me motivo a quedarme.

¿Qué ha aportado el piragüismo a tu vida?
El piragüismo, y en general todos los deportes, aporta muchas cosas positivas, como pueden ser las personas que conoces, experiencias, lugares nuevos, conocimientos adquiridos…

¿Qué aspiraciones tienes para el futuro?
Mi objetivo es poder clasificarme para un europeo o un mundial en el estilo maratón, para ello necesito quedar primera o segunda en un campeonato nacional. Sé que no será nada fácil, pero lo voy a intentar.

¿Cuántas competiciones has ganado?
Todas las medallas que he conseguido hasta ahora son de carácter autonómico, entre ellas tengo 5 de oro, y las demás se dividen entre plata y bronce, predominando la primera.

¿Con cuál de todas te quedas? ¿Y de cuál de ellas tienes mejores recuerdos?
Es muy difícil escoger entre todas, porque cada una me ha aportado algo distinto y especial. Aunque si tuviera que escoger, elegiría la regata de Miranda de Ebro de 2011, porque ese día nadie se esperaba que la primera mujer que cruzara la línea de meta fuera yo, es más, ni yo misma me lo creí.

Durante tu carrera como deportista , ¿te ha ocurrido alguna anécdota?
Tengo muchas anécdotas, pero la que más me gusta contar tiene lugar en Pontevedra en 2012.Era  uno de mis primeros campeonatos de maratón, estaba algo nerviosa, como de costumbre, y había 48 chicas que competían en mi categoría. Cuando estábamos todas colocadas en la línea, el juez dio la salida, y a tan solo 1000 metros, me tiraron al agua, en ese momento pensé, aquí se acabó todo. Después de que me paso la última chica, vino la lancha motora a ayudarme a montar, y  me preguntaron que si quería retirarme, yo les dije que no, que yo seguía aunque quedara la última. Ya montada en la piragua, con el cabreo que tenía, empecé a adelantar a gente sin darme cuenta. Una vez finalizada la regata, mi entrenador me pregunto cómo creía que había quedado y yo le conteste que sobre la 20, él empezó a reírse, y le pregunte: “¿peor?”, a lo que él me contesto todo contento: “Sara, has quedado 8ª, imagínate si no llegas a volcar”. En ese momento, estaba contenta pero a la vez cabreada.

¿Recomendarías este deporte?
Animo a todo el mundo a que pruebe a montarse en una piragua, sé que no se arrepentirán. Es una pena que el piragüismo este tan poco valorado en nuestro país, porque es un deporte que tiene grandes chavales que destacan internacionalmente, y eso aquí no se aprecia.



Moisés Herrero Rubio.

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