Sara Fernández,
alumna de Animación Sociocultural, empezó a practicar piragüismo con ocho años,
cuando un amigo de su padre le invitó a visitar el pantano de Jiménez de Jamuz,
en León, donde un grupo de aficionados y profesionales de este deporte
entrenaban. Fue así como descubrió una disciplina que, con el paso del tiempo,
llegó a ser “increíble” para ella.
¿Te animó alguien para
decidirte por este deporte?
A mi padre le gustan mucho este
tipo de deportes, y cuando le comentaron que se practicaba piragüismo en La
Bañeza, no dudo en llevarnos a probar. Además, el primer día que monte en
piragua, nada más acabar, el entrenador se acercó a mi padre y le dijo que se
me daba bastante bien, algo que también me motivo a quedarme.
¿Qué ha aportado el
piragüismo a tu vida?
El piragüismo, y en general todos
los deportes, aporta muchas cosas positivas, como pueden ser las personas que
conoces, experiencias, lugares nuevos, conocimientos adquiridos…
¿Qué aspiraciones
tienes para el futuro?
Mi objetivo es poder clasificarme
para un europeo o un mundial en el estilo maratón, para ello necesito quedar
primera o segunda en un campeonato nacional. Sé que no será nada fácil, pero lo
voy a intentar.
¿Cuántas
competiciones has ganado?
Todas las medallas que he
conseguido hasta ahora son de carácter autonómico, entre ellas tengo 5 de oro,
y las demás se dividen entre plata y bronce, predominando la primera.
¿Con cuál de todas te
quedas? ¿Y de cuál de ellas tienes mejores recuerdos?
Es muy difícil escoger entre
todas, porque cada una me ha aportado algo distinto y especial. Aunque si
tuviera que escoger, elegiría la regata de Miranda de Ebro de 2011, porque ese
día nadie se esperaba que la primera mujer que cruzara la línea de meta fuera
yo, es más, ni yo misma me lo creí.
Durante tu carrera
como deportista , ¿te ha ocurrido alguna anécdota?
Tengo muchas anécdotas, pero la
que más me gusta contar tiene lugar en Pontevedra en 2012.Era uno de mis primeros campeonatos de maratón,
estaba algo nerviosa, como de costumbre, y había 48 chicas que competían en mi
categoría. Cuando estábamos todas colocadas en la línea, el juez dio la salida,
y a tan solo 1000 metros, me tiraron al agua, en ese momento pensé, aquí se
acabó todo. Después de que me paso la última chica, vino la lancha motora a
ayudarme a montar, y me preguntaron que
si quería retirarme, yo les dije que no, que yo seguía aunque quedara la
última. Ya montada en la piragua, con el cabreo que tenía, empecé a adelantar a
gente sin darme cuenta. Una vez finalizada la regata, mi entrenador me pregunto
cómo creía que había quedado y yo le conteste que sobre la 20, él empezó a
reírse, y le pregunte: “¿peor?”, a lo que él me contesto todo contento: “Sara,
has quedado 8ª, imagínate si no llegas a volcar”. En ese momento, estaba
contenta pero a la vez cabreada.
¿Recomendarías este
deporte?
Animo a todo el mundo a que
pruebe a montarse en una piragua, sé que no se arrepentirán. Es una pena que el
piragüismo este tan poco valorado en nuestro país, porque es un deporte que
tiene grandes chavales que destacan internacionalmente, y eso aquí no se
aprecia.
Moisés Herrero Rubio.
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